
- Tú siempre esperas gestos, yo palabras.
Vivimos en mundos distintos y dentro de poco más aun.
- No digas eso. - Soy realista. El corazón me resbala por las tuberías de este cuarto, ya no hay forma de sacarlo.
- ¿Te has vuelto poeta? - No, lo escribiste tú hace unos meses.
- Vámonos de aquí, ¿eh? Vámonos de este lugar que sólo nos mata a recuerdos. Venga, ayúdame a recoger tus cosas y vámonos.- Sólo me quiero llevar una cosa. “Báilame el agua”,
¿te acuerdas?
- Como me iba a olvidar.- ¿Me lo lees? Nunca lo hiciste.
- Son sólo palabras.- Sabes que eso es lo que necesito.